Cuando enseñamos a un niño a hablar, no contamos cuantas veces le decirnos una palabra hasta que el niño es capaz de reproducirla correctamente. Estamos dispuestos a repetirla tantas veces como sea necesario no solo para que sea capaz de repetirla sino hasta que forme parte integrante de su lenguaje. De la misma manera, en la EDUCACIÓN DEL TALENTO se hace hincapié en la repetición. Los niños escuchan una y otra vez las grabaciones y tocan sus piezas muchas veces. El número de repeticiones que un niño necesita durante el aprendizaje es desconocido y variable de uno a otro individuo.

Las piezas aprendidas serán oídas y repetidas con regularidad con el fin de permitir la integración de su ritmo, su melodía y la asimilación de sus dificultades. El niño desarrolla así su memoria, su concentración y su forma personal de hacer y entender la música. Se ha demostrado que entre dos niños que estudian lo mismo, el que más oye y escucha en casa termina por obtener una mayor facilidad de aprendizaje y más musicalidad.